EL ENCUENTRO CON EL OTRO, LAS
RELACIONES DE PAREJA Y EL CUIDADO MUTUO
SIGUIENDO EN NUESTRA REFLEXIÓN SOBRE LO QUE IMPLICA REALMENTE LA SEXUALIDAD HUMANA Y EN EL MARCO DE UNA ÉTICA DE LA SEXUALIDAD CON UNA EDUCACIÓN EN EL AMOR...TRATAREMOS ÉSTE TEMA:
Con
respecto a los tabúes
es increíble como ha influenciado la cultura y la sociedad ya que aunque
vivimos en pleno siglo XXI, la creencia de siglos atrás respecto de que es sexo
es algo oscuro y hasta pecaminoso aún se esconde en el pensamiento de muchos
adultos y, se refleja en muchas de sus
conductas. Por ejemplo: la insistencia por tapar el nombre de los genitales con
diminutivos y, la incomodidad que despierta cada pregunta de índole sexual.
Este temor es incomprensible.
Sin ir demasiado lejos, durante los
siglos XV y XVI, el placer en las
relaciones sexuales era considerado pecaminoso. Se tenía al sexo como una
cosa necesaria para la preservación de la especie, pero su goce deliberado era interpretado
como algo malo o censurable.
A comienzos y mediados del siglo
pasado, el sexo no había perdido su carácter de prohibido. Los padres ni
siquiera se atrevían a mencionarlo y el
aprendizaje se efectuaba fuera de la casa, en la calle. Hasta hace varias décadas la escuela era participe de ciertos
silencios, limitándose (en el mejor de los casos) a enseñar sólo en un sentido biologicista.
Los mitos aún deben llamar hoy también
la atención especial de la familia y la escuela, buscando un entendimiento más
correcto a través de la Educación Sexual Integral que conforme nuevas
construcciones sobre el saber y la práctica sexual, que superen concepciones
erróneas que no deben generalizarse ya que no permiten desarrollar un sentido
de que la sexualidad debe ser una forma de comunicación y verdadero encuentro
con el otro, basado no sólo en lo físico sino en el ámbito de genuinos afectos,
sentimientos, respeto mutuo y responsabilidad compartida.
Es ahora cuando el sexo recibe una
atención especial y a veces hasta excesiva; llega a la persona imágenes y
mensajes de todos lados anuncios, televisión, internet, redes sociales, cine,
literatura, arte, etc. Hay
coincidencia en afirmar que, el
sexo (cómo expresión de una sana sexualidad,” no la única”) es el impulso
creativo de la vida, (con el que debemos manejarnos sin tabúes ni mitos
incorrectos que pueden dañarnos o confundirnos) y que debe relacionarse con el
amor, la responsabilidad y el compromiso, nunca con un instrumento de control y
explotación.
Entonces “cuando se emplea mal la sexualidad puede destruir las relaciones humanas” pero “reconocido con responsabilidad dignifica la vida sexual, el cuidado mutuo y el encuentro real con el otro”.
El énfasis en el
sentido de que la libertad debe acompañarse siempre y generar responsabilidad personal no debe faltar
en nuestra formación sexual, es
sumamente significativo reconocer como jóvenes que nuestros actos tienen
consecuencias positivas o negativas y que debemos ser responsable y más comprometido
en el ejercicio de nuestra libertad. Por
ejemplo: en la iniciación y práctica sexual, a través de un cuidado mutuo como
expresión de amor y responsabilidad social.
La ética asume protagonismo entonces en la formación de su sexualidad,
ya que proporciona un conjunto de normas ideales de conducta como marco orientador de la persona como ser sexuado, por ejemplo:
ayuda a entender la importancia de saber ser libre, igual, respetuoso siempre
de la vida, de la salud y la dignidad propia y del otro, de su cuerpo y del de
los demás,etc.
La educación
sexual integral intenta “desarrollar
la personalidad y prevenir riesgos” ya que se puede caer sino, “sin éste enfoque integral del
desarrollo de la persona”, en múltiples
efectos sociales alejados de experiencias sexuales sanas y que afectarían las relaciones
de pareja, por ejemplo:
-
Limitar la sexualidad sólo a la genitalidad,
dejando de lado todos los factores que la impulsan;
-
Entender el amor como un amor inmaduro,
"no verdadero amor", ya que se aprovecha del otro solo para satisfacer impulsos
egoístas e individualistas que buscan
solo el placer propio;
-
No permitir el desarrollo de procesos comportamentales y emocionales relacionados con la experiencia del amor para el equilibrio psicológico, social y cultural de las personas
involucradas;
-
Tratar a la sexualidad humana como una simple satisfacción del instinto
apartado de sentimientos genuinos para con el otro;
-
Concretar riesgos en nuestra salud física por prácticas sexuales irresponsables
producto de falsas creencias, prejuicios
infundados, satisfacción egoísta de los impulsos sexuales, embarazos no
deseados, enfermedades de transmisión sexual, experiencias de relaciones
sexuales que lastiman y torturan al otro, el sadomasoquismo, etc.