sábado, 14 de julio de 2012

ESI: LA SEXUALIDAD Y LAS RELACIONES HUMANAS

EL ENCUENTRO CON EL OTRO, LAS RELACIONES DE PAREJA Y EL CUIDADO MUTUO


 SIGUIENDO EN NUESTRA REFLEXIÓN SOBRE LO QUE IMPLICA REALMENTE LA SEXUALIDAD HUMANA  Y EN EL MARCO DE UNA ÉTICA DE LA SEXUALIDAD  CON UNA EDUCACIÓN EN EL AMOR...TRATAREMOS ÉSTE TEMA:
  

Con respecto a los tabúes es increíble como ha influenciado la cultura y la sociedad ya que aunque vivimos en pleno siglo XXI, la creencia de siglos atrás respecto de que es sexo es algo oscuro y hasta pecaminoso aún se esconde en el pensamiento de muchos adultos y, se refleja en muchas  de sus conductas. Por ejemplo: la insistencia por tapar el nombre de los genitales con diminutivos y, la incomodidad que despierta cada pregunta de índole sexual. Este temor es incomprensible.

En algunas familias es difícil no sentirse turbado si durante años se  aprendió con los silencios que hay temas que no se puede  tocar y ahora hay que encararlos nada menos con los hijos?. Además, ¿ cómo enseñar actitudes saludables si todavía se arrastran los prejuicios que por generaciones empañaron la sexualidad?.
Sin ir demasiado lejos, durante los siglos XV y XVI, el placer en las relaciones sexuales era considerado pecaminoso. Se tenía al sexo como una cosa necesaria para la preservación de la especie, pero su goce deliberado era interpretado como algo malo o censurable.

A comienzos y mediados del siglo pasado, el sexo no había perdido su carácter de prohibido. Los padres ni siquiera se atrevían a mencionarlo y el aprendizaje se efectuaba fuera de la casa, en la calle. Hasta hace varias  décadas la escuela era participe de ciertos silencios, limitándose (en el mejor de los casos) a enseñar  sólo en un sentido biologicista.

Los mitos aún deben llamar hoy también la atención especial de la familia y la escuela, buscando un entendimiento más correcto a través de la Educación Sexual Integral que conforme nuevas construcciones sobre el saber y la práctica sexual, que superen concepciones erróneas que no deben generalizarse ya que no permiten desarrollar un sentido de que la sexualidad debe ser una forma de comunicación y verdadero encuentro con el otro, basado no sólo en lo físico sino en el ámbito de genuinos afectos, sentimientos, respeto mutuo y responsabilidad compartida.



Es ahora cuando el sexo recibe una atención especial y a veces hasta excesiva; llega a la persona imágenes y mensajes de todos lados anuncios, televisión, internet, redes sociales, cine, literatura, arte, etc. Hay  coincidencia  en afirmar que, el sexo (cómo expresión de una sana sexualidad,” no la única”) es el impulso creativo de la vida, (con el que debemos manejarnos sin tabúes ni mitos incorrectos que pueden dañarnos o confundirnos) y que debe relacionarse con el amor, la responsabilidad y el compromiso, nunca con un instrumento de control y explotación.

Entonces “cuando se emplea mal la sexualidad puede destruir las relaciones humanas” pero “reconocido  con responsabilidad dignifica la vida sexual, el cuidado mutuo y el encuentro real con el otro”.



El énfasis en el sentido de que la libertad debe acompañarse siempre y  generar responsabilidad personal no debe faltar en nuestra  formación sexual, es sumamente significativo reconocer como jóvenes que nuestros actos tienen consecuencias positivas o negativas y que debemos ser responsable y más comprometido en el ejercicio de nuestra  libertad. Por ejemplo: en la iniciación y práctica sexual, a través de un cuidado mutuo como expresión de amor y responsabilidad social.
La ética asume protagonismo entonces en la formación  de su sexualidad, ya que proporciona un conjunto de normas ideales de conducta  como marco orientador  de la persona como ser sexuado, por ejemplo: ayuda a entender la importancia de saber ser libre, igual, respetuoso siempre de la vida, de la salud y la dignidad propia y del otro, de su cuerpo y del de los demás,etc.
La educación sexual integral intenta “desarrollar la personalidad y prevenir riesgos”  ya que se puede caer  sino, “sin éste enfoque integral del desarrollo de la persona”,  en múltiples efectos sociales alejados de experiencias sexuales sanas y que afectarían las relaciones de pareja,  por ejemplo:
-          Limitar la sexualidad sólo a la genitalidad, dejando de lado todos los factores que la impulsan;
-          Entender el amor como un amor inmaduro, "no verdadero amor", ya que se aprovecha del otro solo para satisfacer impulsos egoístas e individualistas  que buscan solo el placer propio;
-          No permitir el desarrollo de procesos comportamentales y emocionales relacionados con la experiencia del amor para el equilibrio psicológico, social y cultural de las personas involucradas;
-          Tratar a la sexualidad humana como una simple satisfacción del instinto apartado de sentimientos genuinos para con el otro;
-          Concretar riesgos en nuestra salud física por prácticas sexuales irresponsables producto  de falsas creencias, prejuicios infundados, satisfacción egoísta de los impulsos sexuales, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, experiencias de relaciones sexuales que lastiman y torturan al otro, el sadomasoquismo, etc.